Dicen que lo prohibido atrae más. Descubra qué hace a este restaurante la parada obligatoria para los paladares más exigentes de la gastronomía italiana.
Al igual que un excelente escritor logra que un libro se convierta en bestseller, un chef le da vida a un restaurante. Tras el chef ejecutivo de Divieto se esconde una historia interesante. Comencemos por decir que se llama Luis Zavala, es mexicano y tiene 31 años.
Lleva 22 años dedicándose a ser chef. Empezó cocinando comida china y japonesa en México durante 4 años, primero como lavaplatos y luego como chef ejecutivo. Comenzó a hacer diplomados de cocina asiática.
Luego trabajó en un restaurante de comida típica italiana durante 9 años como chef ejecutivo, al principio fue supervisor de cocina. “Me gustó tanto la comida italiana que empecé a crecer dentro de la misma compañía. Fui el chef ejecutivo de cinco restaurantes. Tengo diplomados en comida mediterránea, japonesa, china, tailandesa, siciliana, italiana, pan, pastas, pescados, etc.”.
En uno de esos restaurantes había un cliente muy asiduo que iba todos los domingos a comer con su familia, se llamaba Santiago López.
Se hizo amigo de Juan Manuel, el gerente y después de un tiempo Santiago le pidió a Juan Manuel que se fuera a trabajar con él a un restaurante de comida mexicana en México. Le hizo la misma propuesta a Luis pero él la rechazó porque, aunque siendo mexicano no le gusta dedicarse a esa especialidad culinaria.
Luego de cierto tiempo Santiago le ofreció a Juan Manuel la oportunidad de operar un grupo de restaurantes italianos en Estados Unidos. Luego de un año, en 1996, Luis recibió una propuesta para hacer unos platillos especiales en uno de estos restaurantes en Estados Unidos. Acto seguido le propusieron nuevamente trabajar con Santiago pero ahora en Estados Unidos. Nuevamente la rechazó. “Yo nunca tuve el sueño americano, a mí me iba muy bien en México”. Sin embargo, lo invitaron 10 veces más para hacer más especiales y conocer Miami y la respuesta siempre fue la misma: no. Tanto fue el cántaro al agua que luego de dos años de insistencia y viajes, en 1998, Luis finalmente accedió y emigró a Estados Unidos. Llegó modificando y estandarizando el menú en el restaurante italiano Bice Gran Cafe en Naples.
Tras una separación comercial, Santiago López decidió abrirse camino en Doral y se llevó a Luis. Zavala comenta que quería hacer algo nuevo, algo diferente. Recordó que en México había trabajado la rueda del queso parmesano cocinando pastas dentro de ella. La pusieron a prueba y pronto se convirtió el plato estrella del restaurante pues a la gente le gustó que le prepararan su comida directamente en la mesa, además del sabor. Al plato se le puso el nombre de Ruota di Parmigiano; todavía sigue siendo el más pedido en Divieto. “Es un plato muy típico italiano que prácticamente no se comía en Estados Unidos. Muchos nos han copiado pero fuimos nosotros los que convertimos ese plato en el emblema del restaurante”.
Otras especialidades muy solicitadas por los comensales de Divieto son el Pork Shank Ossobuco, el Lemon Butter Sea Bass, el Chicken Parmigiana y el eggplant Parmigiana, que no se queda atrás.
Al principio comenzó siendo un restaurante de comida italiana con fusión americana pero poco a poco el público fue exigiendo más italiano que americano y así fue como Divieto se convirtió en el punto de encuentro para degustar la verdadera comida italiana. En el menú solo quedaron los cuatro platillos con fusión americana que más se consumían.
Algo interesante es que el menú infantil de Divieto ofrece también comida italiana pero en porciones más pequeñas. No pueden faltar los nuggets, pero lo que hace diferente a estos nuggets es que “sono fatti a casa”, es decir, son hechos completamente en Divieto, no son procesados ni congelados, están hechos al momento. Lo mismo con los mozzarella sticks.
En cuanto al lado dulce del restaurante, el Chocolate Fudge Brownie y la Crostata de Mele se llevan la medalla de oro.
Cuando le preguntamos a Luis cuál era su secreto en la cocina y qué era lo que hacía que Divieto se diferenciara de otros restaurantes italianos, su respuesta fue muy contundente y directa: “lo que nos hace diferente es que hacemos todo desde cero, no compramos salsas ni aderezos, todo lo hacemos aquí y la clave de que la comida aquí sepa diferente a otro restaurante es que los que trabajamos le ponemos amor a lo que preparamos, como si lo estuviésemos haciendo para nuestras familias. Ese es el secreto”.
Lo prohibido atrae más
En italiano la palabra “divieto” significa prohibición. El concepto del restaurante está basado en el veto de los años 20 que había en Italia, las mujeres no podían fumar y beber whisky era algo que se hacía en la clandestinidad.
Lo único que tiene prohibido el restaurante es el mal humor, por eso siempre verá a los camareros y al personal en general con una gran sonrisa de oreja a oreja dispuestos a servirle amablemente.
Por cierto, Luis Zavala, nunca estudió la carrera de chef, no habla italiano y nunca ha ido a Italia, planea hacerlo el venidero año. Su don y arte de preparar deliciosas comidas italianas son innatos.
Divieto Ristorante: divietoristorante.com, (305)470.8038